
Y es que a veces para poder seguir el curso normal de nuestra vida es necesario quemar etapas, aceptar que somos seres que estamos en constante cambio, a veces evolucionamos, a veces involucionamos, a veces probamos nuevos caminos y a veces simplemente respiramos hondo y comenzamos a vivir nuevamente.
Cerrar ciclos es una dinámica de particular complejidad pero a su vez, de extremo beneficio para el renacimiento de una persona renovada en todo ámbito, mas fuerte, mas madura, mas conciente y mas sensible.
Ciertamente cerrar ciclos ayuda a sanar.
Y es que es algo así como un desprenderse de la realidad en la se ha estado inmerso, soltar, liberar, dar vuelta la hoja... comprender que en la vida es necesario quemar etapas para crecer, para volvernos mas fuertes, para hacernos mas humanos.
Pero como hacerlo cuando en el momento en que se siente la necesidad de llevarlo a cabo, muchas veces se esta tan abrumado en el sentir, que no se encuentran los caminos para llegar al objetivo?...
Lo primero es tener la capacidad de tomar la decisión de hacerlo. Ser concientes de que es hora de empezar de nuevo, y hacerlo por un real convencimiento de la causa, por que realmente nosotros consideramos que es el momento de hacerlo.
Lo segundo, es dejar todo lo que se ha vivido hasta entonces en orden.
Es indispensable aceptar el pasado para entender y vivir en paz tu presente y futuro.
Superar las emociones encontradas que conlleva el proceso involucra un gran aprendizaje, que si bien es cierto es abrumadoramente difícil sobrellevar en el momento, una vez que se lleva a cabo, nos permite comenzar una nueva etapa más libres y más tranquilos.
Tal vez cerrar ciclos solo redunde en entender y aceptar.
Dejar ir es lo primero.
Sanar es el siguiente paso.
Y no hay recetas.
Cerrar ciclos, y fluir.
De eso se trata esto...
Una nueva mudanza, y un nuevo comienzo...